Ortuella es un municipio activo y que se vuelca por las causas medioambientales. Prueba de ello fue la manifestación que tuvo lugar el pasado 10 de abril para rechazar el proyecto de la ubicación de la planta contaminante Sader en la Barguilla.

Convocada por plataforma vecinal ¡En Ortuella, Sader no! la marcha llenó las calles del pueblo con pancartas y lemas en contra de esta iniciativa que, según sus impulsores, no es » la ubicación más adecuada debido a la cercanía al núcleo urbano». Tal y como señala la propia plataforma la empresa es una fábrica dedicada al reciclaje de productos industriales peligrosos y contaminantes.

Desde este colectivo alertan a la ciudadanía que, ya anteriormente, la empresa ha tenido que marcharse de Zorroza (su anterior sede) «obligada por los vecinos y vecinas y el ayuntamiento bilbaino, debido a sus «malos olores» y «contaminación» y que, después de intentar instalarse en varios lugares, ha visto «abiertas las puertas de nuestro municipio» para poder instalarse próximamente, cerca del campo de fútbol.

Compartimos las principales reivindicaciones de la plataforma vecinal donde exponen con nitidez su argumentos al rechazo ante la posible ubicación de Sader en Ortuella:

• Sader-Agaleus, junto con Profersa, forma parte de una
  instalación industrial situada junto a la ría en Zorroza,
  frente de la isla de Zorrozaurre, donde han comenzado a
  construir viviendas que no serán baratas. Eso hace que el
  Ayuntamiento de Bilbao haya decidido limpiar la zona, algo
  que los vecinos venían reclamando hace décadas sin ser
  escuchados, pero ya sabéis que a las inmobiliarias se les hace
  mucho más caso. 
• La empresa de reciclaje Sader-Agaleus es necesaria en el entramado industrial vasco para
  que las industrias que generan residuos muy contaminantes
  puedan desprenderse de ellos de la manera más barata,
  ya través de una empresa de reciclaje cercana, sin tener que ir a
  comunidades más lejanas. Parece que el Gobierno Vasco está
  ayudando a conseguir un emplazamiento a dicha empresa
  privada.    

• La empresa intentó instalarse en el puerto de Bilbao,
  pero como los desechos que produce con sus tratamientos
  no se pueden verter a la depuradora del puerto ni al mar, la
  empresa no se pudo instalar allí. Existía la posibilidad de
  llevar los residuos hasta Santurtzi, y desde allí, por la tubería
  de fecales, estos llegarían hasta Galindo que es donde se
  tratarían finalmente. El llevar los residuos hasta Santurtzi, por
  una tubería y bomba nueva, supondría un sobrecoste que la
  empresa se niega a asumir. Y por ahorrar se marchó del
  puerto.

• Sader-Agaleus intentó instalarse en Zalla. Imposible.
  Aquello era una zona inundable por lo que sus productos
  podrían acabar en el río Cadagua. Mas tarde lo intento
  junto a la incineradora, en Zabalgarbi (Residuos llaman a
  residuos) pero faltaba espacio. Ahora han encontrado un
  terreno barato en Ortuella, parece que con una rebaja del
  85% de precio. Disponen de un acceso casi directo a autopista y un
  ayuntamiento que les recibe con las manos abiertas.
  Encima la empresa tiene la buena suerte de contar con un
  colector de fecales en la misma parcela (su buena suerte es
  igual a nuestra mala suerte). Y un Gobierno Vasco feliz de
  colocar definitivamente este “marrón”. Todo cuadra.

• Todo cuadra, menos la gente, menos nosotros. En los
  otros lugares las viviendas estaban alejadas, pero aquí, diez
  mil personas vivimos a menos de un kilómetro de esa
  empresa. Es lo que llaman el factor humano. Prescindible.
  Como en la guerra. Es importante el precio del terreno, es
  importante el acceso, es importante el puñetero colector de
  fecales, es importante el río, es importante el tamaño de la
  parcela, pero esas 10.000 personas somos prescindibles.
  Así es las economía. No le deis más vueltas.
• Ahora nosotros y nosotras, los que vivimos en Ortuella
  tenemos un papelón. Y a nosotros y nosotras nos tocará decidir si
  queremos que Agaleus-Sader y sus residuos
  peligrosos estén cerca de nuestros hijos e hijas
  o si, al contrario, entre todos y todas intentamos
  que se aleje, un poco o del todo…

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