La situación actual nos lleva a una profunda crisis ecológica y a vidas cada vez más precarias. Seguimos atadas a un sistema basado en los combustibles fósiles y en el paradigma del crecimiento infinito. Los recortes, la mercantilización y los altos precios niegan una alimentación sana o unos derechos tan básicos como la salud, pensiones justas o una vivienda digna. Los servicios públicos se están destruyendo. Los cuidados son fundamentales, pero en la actualidad un sistema público de cuidados no está garantizado. El machismo y el racismo van en aumento. Proliferan las guerras y el autoritarismo. La otra cara de esta realidad son la patronal y las grandes empresas, los fondos financieros, los grandes supermercados, los bancos, que acumulan cada vez mayores ganancias. Las políticas públicas que promueven los gobiernos actuales y las políticas institucionales son insuficientes para cambiar esta dirección. A menudo profundizan en ella.

 

Necesitamos una alternativa ecosocial. Construir un modelo social y económico que tenga como objetivo garantizar vidas dignas para todas las personas teniendo en cuenta las limitaciones y equilibrios básicos de la naturaleza. Somos muchas y muchas las que queremos este cambio de rumbo. No aceptamos que los dirigentes políticos miren para otro lado o digan bonitas palabras sin afrontar los cambios que a nuestro parecer son necesarios aquí y ahora; no queremos quedarnos a la espera mientras adaptan este modelo construido en beneficio de las élites económicas para mantener su negocio, y conformarnos, en el mejor de los casos, con migajas.

 

Creemos que la activación social es imprescindible. Por ello trabajamos día a día en las luchas sindicales, en el movimiento de pensionistas, las plataformas por la sanidad pública, el movimiento feminsta, el ecologista… queremos hacer de todos esos fueguitos un mar en favor de la transformación social y por ello llamamos a movilizarse el 11 de mayo.

1. Necesitamos un planeta vivo y habitable para todos y para ello tenemos que hacer frente a la emergencia climática y a la crisis ecológica. Podemos dejar de lado los combustibles fósiles y transformar el modelo económico y social actual para reducir el consumo de energía y materiales garantizando vidas dignas para todas.
2. El modelo económico y social debe tener como objetivo garantizar vidas dignas y en ningún caso el negocio y los beneficios de unos pocos. Lo fundamental para vivir lo queremos para todas las personas: ingresos dignos, vivienda, alimentación, energía o cuidados. No se pueden dejar en manos del mercado, el control público y social es imprescindible. Para ello, los servicios públicos son fundamentales. Debemos detener el desmantelamiento, mercantilización y privatización de los existentes (sanidad y educación) y extenderlos a nuevos sectores como el cuidado, la alimentación y la vivienda.
3. Debemos dignificar y redistribuir los trabajos, y especialmente los trabajos y empleos esenciales. Necesitamos salarios y pensiones dignas, y para afrontar la brecha de género es necesario elevar el salario y las pensiones mínimas entre otras medidas. Para repartir el empleo y los trabajos de cuidados hay que reducir la jornada laboral. Hay que dignificar las tareas de cuidados, profesionalizadas y no profesionalizadas, y repartirlos de manera corresponsable. Hay que garantizar a todos los cuidadores los derechos sociales y unas condiciones de vida dignas. Para repartir esa riqueza de forma justa también es imprescindible gravar más al capital y a los que más tienen. Que quien más tenga, más aporte.
4. No queremos dejar en manos del mercado los ámbitos esenciales para la vida. Estamos viendo que el mercado no es capaz de garantizar estos derechos fundamentales. Necesitamos capacidad para tomar decisiones y llevarlas a cabo en ámbitos estratégicos y para ello es imprescindible construir soberanías. La soberanía alimentaria, en las telecomunicaciones o en la energía, que debe favorecerse desde el ámbito público y comunitario (promoviendo una economía social transformadora o la producción y consumo local).
5. Queremos todos los derechos para todas las personas para poder tener una vida digna. Debemos combatir el aumento del machismo y el racismo y la lgtbifobia, garantizando los derechos económicos y políticos de todas las personas y combatiendo las discriminaciones estructurales. Para garantizar todos los derechos para todas las personas que trabajan y viven en Euskal Herria es imprescindible abandonar las políticas migratorias racistas de España y Francia y la propia Ley de Extranjería.
6. Decimos no a la guerra y al gasto militar y exigimos la desmilitarización de nuestras sociedades y de nuestra economía. Las grandes potencias llevan al mundo hacia la guerra para defender sus intereses geopolíticos y la industria bélica se está enriqueciendo. No aceptamos que una parte cada vez mayor de los presupuestos se destine al gasto militar, ese dinero debe destinarse a satisfacer las prioridades sociales.
7. Todas estas transformaciones no se pueden dejar en manos del mercado. Necesitamos planificaciones públicas sólidas y democráticamente construidas, con la participación de agentes sociales y sindicales y de la ciudadanía, y organizadas en beneficio de incidir en la dirección de estos ejes. No al autoritarismo que se está fortaleciendo.

 

Un cambio de rumbo es imprescindible y no será posible sin activación y movilización social. Somos muchas las personas que en Euskal Herria apostamos por un modelo social más justo, muchos los agentes sociales, sindicales, movimientos… La aportación de cada uno es imprescindible, pero actuar juntos nos da fuerza. Queremos tejer un mar de luchas para promover ese cambio de rumbo que no se puede demorar.

 

Por ello, llamamos a participar en las movilizaciones del 11 de mayo en Bilbo e Iruñea, y en las dinámicas previas y movilizaciones de estas semanas. Hacemos un llamamiento a la ciudadanía para que se sume a la movilización. Cada fueguito, cada personas, cada lucha y alternativa es fundamental y desde ahí queremos impulsar ese mar de fueguitos por la transformación social. Porque necesitamos un cambio de rumbo para unas vidas dignas para todas, no podemos esperar, necesitamos una alternativa ecosocial justa.

¡El 11 de mayo tomamos las calles!

En Iruñea a las 12:00h desde la Plaza del Castillo y en Bilbo a las 17:00h desde el Sagrado Corazón.