Tras la recién aprobada Ley de Residuos y Suelos Contaminados Estatal, ¿qué podemos esperar en Bizkaia?

Hace escasos días el Congreso del estado español aprobó la tan traída, llevada, esperada y necesaria Ley de Residuos y Suelos Contaminados. Traída y llevada porque desde el inicio de su tramitación han pasado más de 3 años, habiendo sido devuelta del Senado al Congreso, una vez que éste ya la había aprobado. Y tan esperada y necesaria porque el estado, y la CAPV dentro de él, ha sido señalado, multado y apercibido por la UE ante el considerable retraso en adoptar las medidas de reducción y reciclaje, tanto de plásticos y envases como de economía circular, que la UE ya había aprobado previamente en 2018.

Como señalaba la Alianza Residuo Cero, en la que participa Ekologistak Martxan a través de Ecologistas en Acción, la ley recientemente aprobada contempla avances en la gestión de residuos: Introducción de medidas de fiscalidad ambiental contra los tratamientos finalistas del vertido, incineración y uso de plástico y la aplicación de la responsabilidad ampliada del productor para que los fabricantes asuman los costes asociados a la gestión y limpieza de residuos en los entornos urbanos y naturales. También se ha avanzado en la posibilidad de poner en marcha Sistemas de Devolución y Retorno de Envases (SDDR), o la prohibición de usar sustancias perjudiciales para la salud como el Bisfenol-A, por ser considerados disruptores endocrinos.

Son avances, sí, pero Ekologistak Martxan también lamenta la ocasión perdida, ya que las medidas contempladas son totalmente insuficientes al haberse aprobado una ley que, en definitiva, no apuesta por medidas concretas hacia la reducción en origen de los residuos, tanto en cantidad como en toxicidad. En este sentido, lamentamos la dilación en el tiempo de la obligatoriedad de la recogida separada de la materia orgánica, siendo uno de los más graves errores la medida que permite un máximo de residuos impropios del 20 % (residuos no orgánicos), que incidirá en la viabilidad técnica de las instalaciones y gravemente en la calidad del compost.

¿Y cómo se vive esta situación en Bizkaia? En este territorio, desde que en el año 2016 finalizó el II Plan Integral de Gestión de Residuos Urbanos de Bizkaia (PIGRUB), se está a la espera de un nuevo Plan de Gestión de Residuos Urbanos, plan que debe adecuar los objetivos, medidas, recursos y las infraestructuras a las mejores técnicas disponibles, tanto por exigencias de la normativas europeas y españolas, como por las que la propia realidad climática y social impone. ¡Y es urgente este nuevo Plan YA!, porque:

  • Bizkaia no ha conseguido recoger de forma separada en el año 2020 el 50 % exigido por la UE (más bien sin hacer trampas en los números, esto es, no contabilizando como material recogido de forma selectiva los residuos de construcción y demolición, por no ser domiciliarios, rondaba el 40 %, porcentaje que consideramos que es el real).
  • Bizkaia recogió selectivamente en el año 2020 solo un 1,7% de su materia orgánica producida, cuando es sabido que este residuo constituye el 38,5 % de la bolsa de basura.
  • Bizkaia sigue incinerando del orden de 212.000 toneladas de basura al año (2020) a un coste de 90€, cuando el coste de tratamiento del residuo orgánico en la planta de compostaje de Artigas es de 50 €. Esto quiere decir que la ciudadanía está soportando un sobrecoste aproximado de 7 millones de euros anuales por la gestión de los residuos urbanos que se producen, además de 290.000 toneladas de CO2 emitidas a la atmosfera… CO2 señalado como motor del calentamiento global del planeta.
  • Bizkaia ha recogido separadamente el 22,1 % de los envases ligeros en el llamado contenedor amarillo, no el 80 % ni 70 % que afirma ECOEMBES, asociación que gestiona la recogida y tratamiento de envases.
  • Hasta la fecha y aunque haya sido repetidamente anunciado por responsables del Gobierno Vasco y otros responsables institucionales, ni Bizkaia ni el resto de la CAPV han puesto en marcha sistemas de fiscalidad ambiental, léase tasas al vertido, incineración, al uso de plástico, pago por generación de basura, bonificaciones fiscales, etc. Medidas que pueden favorecer la reducción y el reciclaje de residuos.
  • Bizkaia no ha reducido los residuos urbanos producidos en los últimos años, a pesar de la crisis y del COVID, a pesar de ser este un objetivo declarado del prorrogado Plan: De los 576.114 toneladas en el año 2015 se ha pasado a 621.263 tns. en el 2020 (año fuertemente marcado por la crisis de la COVID).

¿Apostará decididamente el nuevo y esperado Plan de Gestión y Reducción de Residuos de Bizkaia (PIGRB), tan deseado como necesario, por la recogida separada y el compostaje de calidad del residuo orgánico, por la implantación de medidas fiscales medio ambientales de carácter finalista que penalicen el vertido, la incineración y coincineración, por la implantación del SDDR para la recogida y reciclaje de envases, por una auténtica política de REDUCCION en mayúscula de Residuos? Este es el auténtico reto.

Ekologistak Martxan

Bilbao, 5 de abril de 2022.

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