Centenares de personas participaron este domingo, 11 de septiembre, en una nueva edición de la cadena humana en la playa de la Concha de Donostia, convocada por el Movimiento anti incineración de Gipuzkoa y varios grupos ecologistas, y que ha tenido como objetivo denunciar las «irregularidades» de la incineradora de Zubieta así como las intenciones del Gobierno vasco de construir una nueva planta en Bergara.
La marcha, que partió a las once de la mañana de los jardines de Alderdi Eder y fue organizada por Donostia Bizirik, Larramendiko Arnasa y Movimiento contra la incineración– del que forma parte Ekologistak Martxan-, ha contado con el apoyo de partidos y sindicatos, y durante la marcha denunciaron que la incineración «no es la solución, ni en Donostia, ni en Bergara, ni en ningún sitio» , y exigieron «planes eficaces de reducción, reutilización y reciclaje de residuos».
Según advirtieron los convocantes, la nueva incineradora prevista en Bergara «va a producir grandes cantidades de gases sólidos y líquidos contaminantes» y, además, denunciaron que «se está haciendo pasando por encima de la opinión de la ciudadanía de Bergara y del propio Ayuntamiento».
Los colectivos también destacaron que el movimiento anti incineración lleva muchos años organizando esta movilización, pero «ante la cada vez más grave y extensa problemática de los residuos», este año Larramendiko Arnasa de Bergara también quiere hacer suya esta convocatoria.
Los organizadores de la movilización recordaron, asimismo que «hace dos años que se puso en marcha la incineradora de Donostia y desde entonces no deja de generar problemas». Así, apuntaron que «tres veces se ha quemado el transformador, ha habido un incendio en la basura acumulada, dos veces se ha contaminado Arkaitzerreka y al menos 86 veces se han apagado y encendido los hornos con la sobredosis de contaminación que esto supone».
En este sentido, indicaron que «ahora mismo tienen el trasformador estropeado y están quemando las basuras sin generar electricidad». A lo que añadieron que, «hace más de un mes que se detectó una contaminación muy grave de Arkaitzerreka y no hay ninguna solución por parte de los responsables».
Ante todos estos problemas, reprocharon que «nunca hay una explicación por parte de los responsables técnicos y políticos de la incineradora. Todos están mudos: Gobierno Vasco, Diputación Foral, Ayuntamiento de Donostia, GHK y URA».
Según denunciaron, todos estos incidentes «han sido el resultado de un seguimiento desde el exterior» porque «del interior de la incineradora no se extrae ninguna información». «Una y otra vez están poniendo en peligro el medio ambiente y la salud de la ciudadanía, y no hacen otra cosa que ocultarse», criticaron.
