Una evaluación de los proyectos presentados nos lleva a las siguientes conclusiones:
1. La vinculación entre los proyectos presentados y las directrices marcadas en el Plan de Recuperación y de Resilencia (MRR). Gran parte de los proyectos tractores presentados estaban diseñados o en curso antes de la aparición de la pandemia. La cuestión es cómo vinculamos dichos proyectos con las directrices marcadas en el Plan Next Generation EU. Las prioridades marcadas en dicho plan son que al menos el 40% del gasto debe de estar relacionado con la transición ecológica y biodiversidad. Además, el 60% restante deberá de cumplir el principio de respeto medioambiental, es decir, no se financiarán o apoyarán proyectos que puedan poner en peligro el pacto Verde Europeo o Green Deal (2019).
2. El problema de la calificación de los proyectos por áreas temáticas.
3. Bajo nivel de desarrollo de las propuestas.
4. Tipos de proyectos para los que se solicita financiación. Llama la atención que los sectores afectados por la pandemia como el educativo y vinculado a la brecha digital o los equipamientos en residencias entre otros, carecen de propuestas.
5. La mayoría de las propuestas se centran en Bizkaia.
6. Los grandes beneficiarios de la propuesta: los grandes grupos empresariales y las infraestructuras.
En definitiva, las propuestas presentadas por las diversas instituciones no van tanto orientadas a cubrir las necesidades de la población derivadas de la pandemia, como a financiar proyectos del ámbito privado, especialmente de los grandes grupos empresariales.
