En la última década, Bizkaia apenas ha reducido la cantidad de residuos generados

  • La recogida de materia orgánica sigue en un ridículo 2,4%, cuando la propia Diputación esperaba alcanzar el 4,5% en 2016
  • La asociación Ekologistak Martxan señala que parece que el único objetivo es que Zabalgarbi funcione a pleno rendimiento

Los datos de residuos urbanos publicados en abril por la Diputación Foral de Bizkaia respecto al año pasado dejan algunas conclusiones reveladoras. El total de estos desechos recogidos fue de 648.164 toneladas, lo que supone un aumento del 0,25% respecto a 2018. A pesar de la emergencia climática y ambiental, anunciada desde sectores científicos hace lustros y declarada oficialmente por el Gobierno central este 2020, la cantidad global del territorio vizcaíno apenas ha variado en la última década. No hay más que mirar a 2007, año en el que se registró la cifra más alta, y fueron 662.839 toneladas.

Estos números no han pasado desapercibidos para la asociación Ekologistak Martxan, quien insiste en que la mejor manera de gestionar los residuos es no generarlos; por ello, cualquier política dirigida a mejorar el medioambiente debe enfocarse en reducir el consumo que evite el generar residuos.

No es el único dato preocupante. Aunque ha mejorado la recogida separada de materia orgánica, lo ha hecho en un ridículo 2,4%, cuando la propia Diputación esperaba alcanzar el 4,5% en 2016, subraya la organización. Si no se separa en mayor proporción la componente orgánica, es muy difícil tratar adecuadamente el resto de las fracciones. Debemos favorecer la recogida separada de los residuos orgánicos, tanto vegetales como animales, crudos y cocinados. Las instituciones responsables deben ofrecer beneficios fiscales y económicos a quienes separan los residuos antes de depositarlos en los contenedores, e impulsar la recogida de materia orgánica, con sensibilización y apoyo logístico permanente, propone Ekologistak Martxan.

Un tercio de los residuos domésticos se incineraron, lo que significa un incremento del 8,7% respecto a 2018, además de llevar la capacidad de Zabalgarbi a su límite. Parece que el sistema de gestión de residuos tiene como único objetivo que Zabalgarbi funcione a pleno rendimiento, pero incinerando no se aprovechan los recursos, critican la asociación ecologista. No solo eso, 86.732 toneladas fueron enviadas a vertedero. Si bien es una cantidad menor que en el año anterior, sigue siendo un 17,25% del total, cuando debía ser cero, subraya la organización, quien cuestiona la transparencia del ente foral. Faltan datos y los que hay no están explicados.

Otro motivo para su queja es que dentro del apartado destinado a la recogida separada siguen apareciendo datos de residuos de construcción y demolición, conocidos como RCD, cuando según directivas europeas, debían estar ya eliminados de las estadísticas para el cálculo del índice de hecho, Araba ya lo ha eliminado. Son además, valores elevados: más de 85.000 toneladas, una cifra que sigue siendo muy alta en comparación con los territorios vecinos de Gipuzkoa y Araba. Estas cantidades fueron en 2017 de 10,33 y 23,92 kilogramos anuales por habitante en Araba y Gipuzkoa, respectivamente, mientras que en Bizkaia ascendían hasta los 74,25 kilogramos anuales por habitante. Con esos números de partida, la Diputación de Bizkaia calcula un índice de reciclaje del 50,42%, pero eliminando la partida de RCD, el índice queda en 42,38%, es decir, no se llega al objetivo del 50%, resalta Ekologistak Martxan.

Asimismo denuncian que siguen sin contabilizarse los rechazos producidos en las plantas de tratamiento de residuos y que, por tanto, vuelven del flujo de fracción resto a la TMB, lo que también incrementa, creemos que de forma engañosa, el porcentaje de recogida separada de residuos.

Por todo ello, la asociación reconoce no estar satisfechacon el sistema de gestión de residuos de Bizkaia. No solo no es eficiente, ya que quemamos o echamos a vertedero más de la mitad de nuestros residuos, que se podrían manipular localmente, sino que será difícil que se consigan los objetivos marcados por la Unión Europea para el año 2020.

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