Toda la población vasca ha respirado aire contaminado por ozono, en un nuevo verano tórrido

  • El informe anual sobre la contaminación por ozono de Ecologistas en Acción constata que los frecuentes episodios de calor de la primavera y el verano de 2023 han elevado los niveles de ozono, afectando a la totalidad del País Vasco.
  • Los Gobiernos Vasco y de España siguen careciendo de planes eficaces sobre el transporte terrestre, aéreo y marítimo y sobre la industria que reduzcan los elevados niveles del contaminante más ligado al cambio climático.

 

El informe estatal sobre ozono elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2023 en casi 500 estaciones de medición repartidas por todo el territorio español, entre ellas 32 situadas en el País Vasco.

 

En lo que respecta a Euskadi, sus principales conclusiones, destacan:

 

– El ozono es un contaminante muy complejo, que no tiene una fuente humana directa, sino que se forma en la superficie terrestre en presencia de radiación solar por la combinación de otros contaminantes denominados precursores, emitidos por el transporte (en especial los vehículos diésel), las centrales termoeléctricas, ciertas actividades industriales o la ganadería intensiva. Se trata por tanto de un contaminante típico de primavera y verano.

 

– Debido a las características climáticas del País Vasco (altas precipitaciones y baja radiación solar) la formación de ozono es moderada, evitando que se alcancen las elevadas concentraciones que tienen lugar en otros territorios del Estado. No obstante, durante 2023 sus niveles han repuntado ligeramente como consecuencia de la primavera y el tercer verano más cálidos desde 1961, con numerosos episodios cálidos entre abril y septiembre.

 

– El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia el valor diario recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo al cual el aire contaminado por ozono ha afectado en 2023 a la totalidad de la población y del territorio vascos.

 

– Durante el presente año no se ha identificado población expuesta a niveles superiores al obsoleto objetivo legal vigente para la protección de la salud ni al nuevo objetivo legal propuesto para 2030 por la Comisión Europea, más laxos que la recomendación de la OMS. Los peores registros se han dado un año más en la estación de Valderejo, al sur de Álava.

 

– La frecuencia de las superaciones de los estándares de la OMS y legal ha sido inferior a la de los años previos a la pandemia, con descensos de respectivamente el 14 % y el 69 % en relación al promedio de las registradas en el periodo 2012-2019, en el conjunto del País Vasco, aunque 2023 el ozono ha aumentado en Bilbao y en el entorno de la refinería de Abanto (Bizkaia) y del Complejo Medioambiental de Gipuzkoa en Donostia-San Sebastián.

 

– El cambio climático se confirma como un factor determinante en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire por ozono, por el aumento de la radiación solar, el alargamiento progresivo de la duración del verano (estimado por la AEMET en un día al año) y la reducción de las precipitaciones, a sumar a otros “inconvenientes” ambientales entre los que en 2023 hay que destacar en España la intensa sequía primaveral y estival.

 

– La contaminación por ozono debe abordarse como un problema sanitario de primer orden, que causa cada año en torno a 2.500 muertes en el Estado español, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, afectando a niñas y niños, mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades cardiorrespiratorias. Durante el verano de 2023, el Instituto de Salud Carlos III ha identificado en Euskadi 170 muertes por las elevadas temperaturas.

 

– El coste sanitario y laboral de la contaminación por ozono fue de 5.000 millones de euros en 2013, un 0,33 % del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.

 

– La información a la ciudadanía por parte de las administraciones públicas no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema. Durante los episodios de elevada contaminación, el Gobierno Vasco se limita a publicar las superaciones en su página Web, sin aviso efectivo a la población más vulnerable, como es preceptivo.

 

– Buena prueba de la gravedad de la situación y de la falta de actuación relevante de las administraciones son las sentencias del Tribunal Supremo (2020) y los tribunales superiores de Castilla y León (2018 y 2023), Navarra (2021), Cataluña (2022) y Comunitat Valenciana (2023) condenando a sus gobiernos a aprobar a la mayor brevedad planes de calidad del aire para reducir el ozono, por el incumplimiento desde 2010 de los objetivos legales.

 

– En este sentido, Ekologistak Martxan considera inaceptable que un año más los Gobiernos Vasco y de España sigan careciendo de planes eficaces sobre el transporte terrestre, aéreo y marítimo y sobre la industria que reduzcan los elevados niveles de ozono.

 

– Las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire por ozono son disminuir el tráfico motorizado, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, sustituir los disolventes orgánicos por agua, el ahorro y la eficiencia energética, un despliegue ordenado de las energías renovables, un Área de Control de Emisiones en el Atlántico Noreste, reducir el tráfico aéreo y penalizar fiscalmente a los vehículos diésel.

 

– Transcurridos nueve meses desde el fin del plazo para que los municipios de más de 50.000 habitantes establecieran zonas de bajas emisiones, para mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático, ninguna de las seis ciudades vascas concernidas ha cumplido esta obligación legal, pese a los fondos públicos que están recibiendo para su implantación. Ecologistas en Acción pide a las autoridades locales que prioricen la salud de sus vecinos.

 

– La crisis de la COVID-19 ha demostrado que la reducción estructural del transporte y la descarbonización de la industria y los edificios son las mejores herramientas para mejorar la calidad del aire que respiramos, en las ciudades y en las zonas rurales, también en el caso del ozono. La dramática situación creada por la pandemia ha corroborado que la reducción de las emisiones de sus precursores es efectiva para combatir la contaminación por ozono.

 

Informe completo y resumen:  https://www.ecologistasenaccion.org/300387 

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