Ekologistak Martxan insta a la recuperación del bosque autóctono como método de prevención de incendios

El colectivo ecologista insta a la Diputación foral de Bizkaia a que tanto la superficie afectada por el incendio de Balmaseda como la totalidad de los montes públicos de Bizkaia se recupere con bosque autóctono.

    • Ekologistak Martxan considera que solo la adopción de una política forestal adaptada al cambio climático y la implantación de medidas correctoras adecuadas a la nueva situación, podrá evitar una nueva oleada de incendios en Bizkaia.

El jefe del Servicio de Montes de la Diputación Foral de Bizkaia, Carlos Uriagereka, detalló el pasado 27 de octubre, que toda la superficie afectada por el incendio de Balmaseda en Bizkaia, 441 hectáreas, se va a reforestar basándose en la “gestión forestal sostenible”. Ekologistak Martxan se pregunta si dicha “gestión forestal sostenible” supone que se va a volver a plantar esa superficie con monocultivos de especies exóticas como pino insignis o eucaliptos, que son pirófitas y favorecen la aparición y desarrollo de incendios. En este sentido, hay que recordar además que numerosas plantaciones de pino insignis han sido taladas en los últimos años en Euskadi, al padecer enfermedades como la banda marrón y la banda roja, que han provocado una drástica reducción de su superficie; su uso en repoblaciones está desaconsejado.

El colectivo ecologista insta a la Diputación Foral de Bizkaia a recuperar el bosque autóctono en toda el área calcinada en el incendio de Balmaseda, monte público en su mayoría, con especies frondosas, como robles, abedules, sauces, encinas o hayas, propias de Bizkaia y más resilientes a los incendios que las exóticas. Esta medida debe extenderse a la totalidad de la superficie de montes públicos gestionados por la Diputación Foral de Bizkaia.

La oleada de incendios que ha dado comienzo en Balmaseda y ha seguido en La Arboleda, Berango o Loiu confirma que la política sobre los incendios en Euskadi, y más concretamente en Bizkaia, está anticuada y debe actualizarse para afrontar los escenarios y retos provocados por el cambio climático. Solo la adopción de una política forestal adaptada a este fenómeno y la implantación de medidas correctoras adecuadas a la nueva situación, podrá evitar futuras oleadas de incendios como la sufrida en Bizkaia.

Según indican todos los estudios los fenómenos extremos, como sequías e inundaciones, van a ser más habituales y de mayor duración. Se tiene que pasar de una política de incendios basada en adoptar medidas de extinción a otra centrada en la prevención, que incluya medidas de gestión forestal a favor del bosque autóctono, de gestión del agua y de concienciación social.

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