15 de marzo: huelga estudiantil contra el cambio climático

Siguiendo la llamada europea, se han convocado movilizaciones de estudiantes también en las 4 capitales vascas el 15 del marzo:

  • Bilbo: 13.00. Concentración en Laboa Plaza (frente a la biblioteca) 18.00. Concentración en el ayuntamiento
  • Gasteiz: 13:00 Concentración en Plaza Nueva 18:00 Movilización desde Virgen Blanca
  • Donostia: 13:00. Aulario de la Universidad del País Vasco.
  • Iruñea: 12:00, en la plaza del Ayuntamiento.

L@s estudiantes se preparan en la Ekoetxea

https://amp.eitb.eus/es/noticias/sociedad/videos/detalle/6266950/video-huelga-mundial-estudiantes-clima-15-marzo-2019/

Movimiento estudiantil por el medioambiente

(por Rebeka de la Fuente)

Está dándose un cambio de conciencia medioambiental a nivel mundial, las nuevas generaciones de jóvenes llegan pisando fuerte. En países como Bélgica, Alemania, Suiza, Reino unido, Francia o Australia entre otros, se están llevando a cabo sendas movilizaciones pidiendo a los políticos que “hagan sus deberes”. Greta Thunberg, de 15 años, estudiante y activista sueca, se ha convertido en una figura destacada y en la inspiración para muchos estudiantes cuando decidió dejar de ir a clase los viernes para sentarse ante el Parlamento acompañada de un cartel que decía “huelga escolar por el clima”.Ekologistak Martxan Bizkaia erabiltzailearen argazkia.

Las redes sociales han sido la clave y a través de ellas se han llegado a congregar miles de jóvenes que anteponen su preocupación por la falta de políticas medioambientales a otros intereses (como la reforma educativa o el empleo) y que han sido capaces de hacer temblar los cimientos del sistema llegando a dejarse oir incluso en la cumbre por el clima de Katowice.

La gente nos dice que tienen la esperanza de que la gente joven va a salvar el mundo, pero no lo vamos a hacer. Simplemente no hay suficiente tiempo para esperar a que crezcamos y tomemos el control”

Hace ya más de dos meses de la intervención de Greta en la COP24 en diciembre de 2018 y el fenómeno estudiantil, lejos de apagarse, ha ido ganando cada vez más fuerza, llegando a contar con el apoyo de universidades y colegios de educación superior de varias capitales europeas. En el Foro Económico Mundial en Davos se está pidiendo a los responsables políticos que tomen decisiones más ambiciosas para proteger el medio ambiente. Thunberg insistió en que el mensaje de los miles de jóvenes que faltan al colegio para manifestarse por el clima “es el mismo que los científicos llevan décadas enviando”.

Mientras, el movimiento “Fridays for future” también echa raíces en nuestro país, convocando concentraciones con el objetivo de allanar el camino hacia la huelga estudiantil internacional del 15 de marzo.

Un movimiento que parece incomodar a populares, liberales y a extrema derecha, que impidieron que la activista ecologista Greta Thunberg interviniera en el pleno de la Eurocámara tras la propuesta de los Verdes, que habían propuesto invitar a Thunberg para participar en el debate sobre cambio climático en la próxima sesión de Estrasburgo. Incluso algunos dijeron que deberían ir a clase en vez de luchar por el clima, cuando son los jóvenes los que se están encargando de dar una lección magistral al mundo.

Si la UE quiere hacer su contribución justa para permanecer por debajo del límite de los dos grados (de aumento de la temperatura respecto a niveles preindustriales), esto significa un mínimo de un 80 % de reducción para 2030: el doble de ambición que en la propuesta actual”

Según el último informe del IPCC, las emisiones deben caer abruptamente a partir de 2020 con el fin de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5ºC. El presente informe nos alerta de que nos encontramos a unos 11 años aproximadamente de alcanzar el punto de no retorno. Para evitarlo, deben realizarse cambios sin precedentes en la próxima década. Si queremos mantenernos dentro de los límites de emisiones en la Unión Europea necesitamos una reducción mínima del 80% para 2030, incluyendo para ello los transportes aéreos y terrestres, y abandonar de una vez por todas la competitividad y cooperar para poder compartir los recursos que nos queden en el planeta de una manera justa y con cabeza.

Thunberg envió un mensaje claro y contundente y es que las metas de reducción de emisiones para 2030 no son suficientes para proteger el futuro de los niños de hoy ni para evitar las peores consecuencias del calentamiento global.

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