Nuclenor delira al pedir autorizacion para Garoña hasta 2031

Ekologistak Martxan califica de delirante la pretensión de Nuclenor de mantener la nuclear de Garoña (Burgos) en funcionamiento hasta 2031. La central, idéntica al reactor número 1 de Fukushima, está en pésimas condiciones y su hipotética puesta en marcha supone un riesgo inasumible. El funcionamiento de Garoña estaría sometido a enormes incertidumbres técnicas y políticas.

La pretensión de Nuclenor de que Garoña funcione hasta 2031 no tiene precedentes en España ni en Europa. La central está en pésimas condiciones de seguridad y las reformas requeridas en 2009 por el CSN, más las que se derivan de las pruebas de estrés no son capaces de resolver todos los problemas de la central. En efecto, el circuito primario sufre problemas graves de corrosión, que han afectado a piezas importantes como el barrilete y las penetraciones de la vasija. Por si esto fuera poco, la vasija de la central ha de someterse a complejas inspecciones para explorar si sufre los mismos problemas que las centrales belgas de Döel y Thianje, puesto que fue el mismo fabricante de estas vasijas quien construyó la de Garoña. Hay que recordar que las vasijas de estas dos centrales presentaron entre las dos más de 2.000 fisuras de diversa consideración.

La nueva reglamentación nuclear, hecha por cierto a medida de Garoña por el Gobierno, no fija plazo alguno para este proceso. Es más que probable que los estudios del CSN se alarguen más que el tiempo que falta para las próximas elecciones generales. Es evidente que si el PP pierde el poder, el proceso de puesta en marcha de Garoña se vería paralizado.

En todo caso, la hipotética puesta en marcha supone una temeridad tanto económica como, y esto es lo más grave, medioambiental. El estado general de la central es tal que no cabe descartar nuevas averías que provoquen nuevas paradas con sus consiguientes quebrantos económicos para Nuclenor, o, en el peor de lo casos, que provoquen algún accidente con escape radiactivo al medio ambiente. No hay que olvidar que Garoña está en la cabecera del Ebro y un escape que contaminara el agua sería catastrófico para la cuenca.

Artículo de opinión: «Doctrina del electro-shock»

  • Twitter
  • Facebook