2024: un año entre ríos, caudales y riberas

  • Ekologistak Martxan hace un repaso al 2024
  • La defensa de la reserva de Urdaibai, la protección del lobo o la lucha para garantizar una calidad óptima del aire que respiramos, los ejes de la actividad de Ekologistak Martxan en los últimos 12 meses

La organización ecologista hace balance del 2024, un año en el que han seguido luchando en defensa de la biodiversidad, de la protección del medio ambiente y por una transición ecosocial que sea justa y no deje a nadie atrás.

El año comenzaba con la celebración del Día Mundial de los Humedales y una reivindicación de años: la recuperación inmediata del humedal protegido de Lamiako. La Diputación Foral de Bizkaia sigue adelante con el proyecto de construcción del bidegorri en la margen derecha de la Ría de Bilbao, el cual imposibilita la recuperación de una marisma de alto valor ecológico y la última en todo el Nervión. Ese mismo día, en Barakaldo, activistas de Ekologistak Martxan recordaban el ya desaparecido humedal de Zuloko – Ibarreta, el último humedal natural que quedaba en la Margen Izquierda de lo que fueron las extensas marismas del estuario del Nervión – Ibaizabal, y que fue sacrificado para la construcción del macrocomplejo comercial Megapark.

La desaparición de ese último humedal ya es irreversible, pero aún es posible evitar la destrucción de una de las joyas naturales de Euskadi: la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Sus más de 22.000 héctareas de montañas, playas, ríos y aguas subterráneas, se encuentran amenazadas por uno de los proyectos bandera del Gobierno Vasco y su actual lehendakari: la construcción del museo subsidiario del Guggenheim en pleno corazón de la reserva. Este proyecto, marcado con una Bandera Negra en el informe anual de Ecologistas en Acción, supone la mayor a amenaza a la que se enfrenta la reserva y cuenta con la oposición, firme y clara, de vecinos y vecinas y asociaciones ecologistas.

No obstante, ya se están viendo movimientos en las administraciones públicas encaminados a la consecución del proyecto. Por un lado tenemos la aprobación de la reducción del caudal mínimo ecológico de los ríos de Busturialdea. Cabe recordar que el caudal ecológico es el mínimo necesario para garantizar la supervivencia de la biodiversidad de un río. Esta decisión tomada por el Consejo del Agua del País Vasco, y que pone en grave riesgo el estado de los ríos de la zona, ha sido recurrida por Ekologistak Martxan y Eguzki. Por otro lado, la reciente transferencia al Gobierno Vasco de la gestión de Costas por parte del Gobierno de España hace saltar las alarmas, ya que incluye la gestión en la costa vasca de autorizaciones, concesiones y sanciones en el dominio público marítimo-terrestre.

En Ekologistak Martxan no sólo se trabaja en la protección del entorno natural existente, sino que se impulsa la recuperación de espacios robados a la naturaleza o transformados en favor del urbanismo y el cemento. En este sentido, en julio se presentaba un Plan de Renaturalización del Río Nervión a su paso por el Paseo de los Caños en Bilbao, para devolver al río su aspecto de río cantábrico, y siguiendo los pasos del proyecto presentado, aprobado y ya en marcha en Barakaldo, que recuperará parte del aspecto original del Río Castaños. Los ríos han sido siempre fuente de vida y en torno a ellos se han desarrollado pueblos y ciudades. Es por eso que es importante asegurarse de que están en un buen estado de conservación, tanto el caudal como sus riberas y llanuras de inundación, claves para reducir los daños en casos de crecidas de los ríos. La catástrofe de la DANA ha puesto de relieve la importancia de mantener esos espacios y de no convertirlos en terrenos edificables. Sin embargo, algunas administraciones siguen adelante con proyectos en  terrenos inundables, además de contaminados, como es el caso del El Calero, en Barakaldo, recurrido ante la Sala de lo Contencioso – Administrativo del TSJPV tras una denuncia de Ekologistak Martxan.

La contaminación del aire que respiramos ha sido también una de las mayores preocupaciones de Ekologistak Martxan este 2024. Las reticencias de los consistorios a implantar las obligatorias ZBE llevaron al Ararteko a publicar una recomendación a los ayuntamientos vascos que están incumpliendo la Ley de Cambio Climático y Transición Energética que exigía la implantación de las ZBE antes del 2023. El Gobierno Vasco también se llevaba un tirón de orejas por parte del Ararteko tras una reclamación de Ekologistak Martxan ante su inacción en la elaboración de Planes de Mejora de la Calidad del aire para zonas afectadas por contaminación de ozono, rebasando ésta los límites legales. El 58% de la población del País Vasco respiró aire contaminado por encima de los límites legales en 2023, tal y como se refleja en el informe anual sobre la calidad del aire de Ecologistas en Acción.  Y no es sólo el ozono. La presencia de empresas altamente contaminantes en los núcleos urbanos sigue siendo una realidad para miles de personas, como es el caso del barrio de Zorroza en Bilbao, organizado a través de la Plataforma Sader-Profersa Kanpora, para solicitar el traslado de la empresa.

Los entornos escolares no se libran. En los colegios muestreados dentro del informe ‘Calidad del aire en los entornos escolares’, entre los que se encuentran centros de Basauri, Etxebarri y Galdakao, se supera el valor anual medio recomendado por la OMS. Para la toma de muestras, acompañada de una labor pedagógica, Sagarrak –  Ekologistak Martxan sigue ampliando su trabajo en colaboración con centros escolares con la adición de centros en Barakaldo y Bilbao.

2024 ha sido año electoral en Euskadi y, por ende, año de promesas y programas electorales. Ekologistak Martxan trasladó a los partidos políticos vascos una propuesta centrada en la clausura pendiente y urgente de los vertederos en desuso existentes en la CAPV, muchos de ellos contaminados con toda clase de residuos peligrosos, como el amianto o el HCH-Lindano. En noviembre, en comparecencia en la Comisión de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Parlamento Vasco, en la que se pudo apreciar voluntad y armonía por parte de los grupos políticos, la organización ecologista solicitaba la creación de una Mesa de trabajo dotada de presupuesto para comenzar con el desarrollo de un Plan de Acción integral que culmine en esa clausura.

La Ley de Transición Energética y Cambio Climático de Euskadi ha sido aprobada este año. Ekologistak Martxan considera que la Ley planteada es insuficiente para hacer frente a la emergencia climática a la que nos enfrentamos. En la ley se alude a un Plan Territorial Sectorial de Energías Renovables, el cual recibió más de 4.000 alegaciones,  y que no sólo llega tarde, sino que también ignora las bases de una transición energética justa y respetuosa con el entorno natural y rural.

El lobo recibe malas noticias desde Europa. En septiembre, más de 300 organizaciones de la sociedad civil exigieron a la UE reforzar la protección del lobo, pero en el último trimestre del año el Comité Permanente del Convenio de Berna acordó rebajar el nivel de protección del lobo. Si bien es cierto, que en el caso de España esta decisión no genera cambios inmediatos, Ekologistak Martxan alerta de que este debilitamiento del marco de protección a nivel europeo socava la confianza en las políticas ambientales y sienta un peligroso precedente, abriendo la puerta a retrocesos en normativas estatales y autonómicas. De hecho, sigue en pie la Proposición de Ley del Partido Popular (con el apoyo de Vox, PNV, Junts y la abstención de EH Bildu) para sacar al lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, permitiendo la caza del lobo.

Estos y más han sido los ejes de la actividad de Ekologistak Martxan en este año que acaba y, sin duda, seguirán siéndolo en el 2025. Desde el ecologismo social y a través del activismo, la pedagogía y el ámbito festivo, junto con Bizizaleak Konpartsa Ekologista, seguiremos defendiendo el derecho de todos los seres vivos a vivir en un medio ambiente en óptimas condiciones.

Urte berri on guztioi!

2025 zoriontsua opa dizuegu!

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