Ekologistak Martxan denuncia la escasa preocupación del Gobierno Vasco por la salud, la vida y el medio ambiente

  • Ekologistak Martxan denuncia que la Consejería de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno Vasco sigue desatendiendo la Resolución 2024R-3506-23 del Ararteko del 11 de junio de 2024 y sigue incumpliendo la normativa vigente
  • Desde el colectivo ecologista afean la “política de oídos sordos” de las Administraciones Vascas y no descartan la vía judicial ante la falta de cumplimiento de sus responsabilidades 

Tras la recomendación publicada por la oficina del Ararteko el pasado 11 de junio, la organización ecologista muestra su preocupación por la inactividad del Ejecutivo vasco en la puesta en marcha de acciones para la mejora de la calidad del aire en la CAV. Añaden que, sin embargo, el Gobierno Vasco “no es la única administración vasca, salvo alguna honrosa excepción que, en nuestra opinión, mantiene la inacción como pauta de comportamiento”. Los ejemplos son muchos y van desde la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones a los protocolos por episodios de alta contaminación o los preceptivos planes de mejora cuando se superan los límites legalmente establecidos. “Esta inacción genera perjuicios evidentes a la salud, la vida y el medio ambiente, derechos fundamentales, de todas y todos los habitantes del País Vasco”.

Teniendo en cuenta las consecuencias que esa despreocupación de las Administraciones por la calidad del aire pueda tener en la salud de los y las vascas, en Ekologistak Martxan consideran “inaceptable la falta de respuesta efectiva a nuestras peticiones para que se cumpla con el desarrollo de los diferentes Planes de Acción y Mejora de la Calidad del Aire por parte del Ejecutivo de la Comunidad Autónoma y de las Administraciones locales obligadas, a la par que denunciamos su obcecación en el incumplimiento de la normativa vigente y de los acuerdos marco adoptados a nivel estatal”.  Esta política de “oídos sordos” y las razones aducidas para intentar eludir sus responsabilidades tienen, para los ecologistas,  “tan poco fundamento que no merecen perder más tiempo, vía comunicaciones, por lo que estamos estudiando, trasladar todos estos requerimientos vía denuncia ante la justicia”.

Recientemente, Ekologistak Martxan ha podido acceder a la respuesta del Ejecutivo, más concretamente de su Viceconsejería de Sostenibilidad Ambiental, a la citada Recomendación del Ararteko. A los ecologistas les preocupa la “prepotencia de la respuesta”, evidente en párrafos como el siguiente: “…en aplicación de la eficacia administrativa que se nos exige a todas las administraciones públicas, recomendaría a esa institución que con anterioridad a emitir recomendaciones o informes similares al que motiva esta respuesta, recabe de todas las partes, información precisa para emitir un pronunciamiento con conocimiento de causa”. Cabe recordar que la organización ecologista recurrió a la oficina del Ararteko ante la falta de respuesta a las reiteradas peticiones de información a diversas administraciones. Mientras tanto, estas administraciones siguen sin poner en práctica medidas y dejando que la solución a los problemas de la contaminación “tal vez la aporte la madre naturaleza y/o el viento dispersando los contaminantes”.

 

Apuntes sobre el Ozono:

La contaminación por ozono troposférico (el conocido popularmente como ozono malo) causa cada año 17.000 muertes prematuras en la Unión Europea, 1.800 de ellas en España. Dos terceras partes de los cultivos y buena parte de nuestros bosques y espacios naturales soportan niveles de ozono que dañan la vegetación. En el País Vasco, casi la mitad de las estaciones que miden este contaminante registraron en 2023 más de 25 días de superación de la guía de la OMS, que son una referencia anual (en el promedio de tres años) para evaluarlo. Los peores registros se dieron en las estaciones de Valderejo (Cuencas interiores) Jaizkibel (Litoral) El Ciego (Valle del Ebro) y Urkiola (Valles cantábricos).

 

Información complementaria:

El origen del ozono se encuentra en las emisiones de otros contaminantes llamados “precursores”, producidas por el tráfico, las industrias y las calefacciones. Estos contaminantes precursores se transforman en ozono, en presencia de radiación solar. El gas ozono (O3) tiene un efecto positivo en la estratosfera (a unos 10-50 km de la superficie terrestre), ya que protege de la radiación ultravioleta. Sin embargo, a cotas inferiores, en la troposfera (la capa de la atmósfera en contacto con la tierra), se convierte en un contaminante que actúa como un potente y agresivo agente oxidante. La exposición a elevados niveles del mismo origina problemas respiratorios sobre la salud humana (irritación, inflamación, insuficiencias respiratorias, asma) y puede contribuir a incrementar la mortalidad prematura; también puede dañar la vegetación, afectar al crecimiento de cultivos y bosques, reducir la absorción de CO2 por las plantas, alterar la estructura de los ecosistemas y reducir la biodiversidad. Además, es un gas de efecto invernadero, que contribuye al calentamiento de la atmósfera. Así pues, por su claro impacto en la salud y los ecosistemas, los niveles de O3 en aire ambiente están también regulados en la normativa ambiental.

 

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