La contaminación del aire por ozono aumenta en el País Vasco por efecto del cambio climático

  • Finalizadas las restricciones de la movilidad por la crisis de la COVID-19, las intensas y prolongadas olas de calor estivales de 2022 han elevado las puntas de ozono troposférico en Euskadi por encima de los años previos a la pandemia.
  • El informe anual sobre la contaminación por ozono de Ecologistas en Acción concluye que la totalidad de la población y del territorio vascos han estado expuestos este año a unos niveles insalubres de este contaminante.
  • El Gobierno Vasco sigue sin adoptar medidas eficaces sobre el transporte, la industria y la ganadería intensiva que eviten los episodios puntuales y reduzcan los elevados niveles de fondo del contaminante más ligado al cambio climático.

El informe estatal sobre ozono elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2022 en 490 estaciones oficiales de medición repartidas por todo el territorio español, entre ellas 32 situadas en el País Vasco. En el verano más cálido de los últimos 60 años, toda la población vasca ha respirado aire con más ozono del recomendado por la Organización Mundial de la Salud.

En lo que respecta a Euskadi, entre sus principales conclusiones, destacan:

  • El ozono es un contaminante muy complejo, que no tiene una fuente humana directa, sino que se forma en la superficie terrestre en presencia de radiación solar por la combinación de otros contaminantes denominados precursores, emitidos por el transporte (en especial los vehículos diésel), las centrales termoeléctricas, ciertas actividades industriales o la ganadería intensiva. Se trata por tanto de un contaminante secundario que en verano afecta a las áreas suburbanas y rurales influenciadas por la contaminación urbana e industrial.
  • Debido a las características climáticas del País Vasco (altas precipitaciones y baja radiación solar) la formación de ozono es moderada, evitando que se alcancen las elevadas concentraciones que tienen lugar en otros territorios del Estado. No obstante, durante 2022 sus niveles han aumentado de forma importante, por efecto de las tres intensas y prolongadas olas de calor del verano, el más cálido desde al menos 1961.
  • El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia el valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo al cual el aire contaminado por ozono ha afectado en 2022 a la totalidad de la población y del territorio vascos.
  • Si se considera el valor objetivo trienal establecido por la normativa, más laxo que la recomendación de la OMS, no habría población que haya respirado aire contaminado por encima del estándar legal en el periodo 2020-2022, con arreglo a los criterios del informe.
  • La frecuencia de las superaciones del estándar legal ha sido superior a la de los años previos a la pandemia, con un aumento del 44 % en relación al promedio de las registradas en el periodo 2012-2019, en el conjunto del País Vasco, mientras han disminuido apenas un 7 % las superaciones de la recomendación de la OMS, respecto al mismo periodo.
  • El empeoramiento de la situación ha sido en especial relevante en la aglomeración Bilbao-Barakaldo y en los Valles Cantábricos. Además, en 2022 se han producido catorce superaciones del umbral de información en Bilbao, los Valles Cantábricos y Valderejo en el interior de Álava, coincidiendo con las olas de calor de mediados de junio y de julio.
  • El cambio climático se confirma como un factor de primer orden en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire por ozono, por el incremento de las temperaturas, el alargamiento progresivo de la duración del verano (estimado por la AEMET en un día al año) y la reducción de las precipitaciones, a sumar a otros “inconvenientes” ambientales entre los que en 2022 hay que destacar en España los virulentos incendios forestales.
  • La contaminación por ozono debe abordarse como un problema sanitario de primer orden, que causa cada año entre 1.500 y 1.800 muertes en el Estado español, según la Agencia Europea de Medio Ambiente. Durante el verano de 2022, el Instituto de Salud Carlos III ha identificado en Euskadi 170 muertes atribuibles a las elevadas temperaturas y a la mayor exposición asociada al ozono. Las personas más afectadas son niñas y niños, mayores, mujeres embarazadas y quienes padecen enfermedades cardiorrespiratorias crónicas.
  • El coste sanitario y laboral de la contaminación por ozono fue de 5.000 millones de euros en 2013, un 0,33 % del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.
  • La información a la ciudadanía por parte de las administraciones públicas no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema. Durante los episodios de muy elevada contaminación de mediados de junio y de julio, el Gobierno Vasco se limitó a publicar las superaciones en su página Web, sin aviso efectivo a la población, como es preceptivo.
  • Los planes autonómicos de calidad del aire para reducir la contaminación por ozono son obligatorios, según la legislación y el Tribunal Supremo. Pero el Gobierno Vasco sigue sin elaborar el de las Cuencas Interiores, donde resulta preceptivo. Se trata de una negligencia que está poniendo en peligro la salud de los 290.000 habitantes de esta zona.
  • Las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire por ozono son la disminución del tráfico motorizado, la adopción de las mejores técnicas industriales disponibles, la sustitución de los disolventes orgánicos por agua, el ahorro y eficiencia energética y el apoyo a las energías renovables en sustitución de las fósiles. También es necesario crear un Área de Control de Emisiones en el Océano Atlántico como la existente en el Mar del Norte, reducir el tráfico aéreo, penalizar fiscalmente a los vehículos diésel y una moratoria para las grandes explotaciones ganaderas intensivas.
  • A dos meses para que venza el plazo para que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes establezcan zonas de bajas emisiones, para mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático, pocas han cumplido esta obligación legal, pese a los abundantes fondos públicos que están recibiendo para ello. Ecologistas en Acción pide a los alcaldes que prioricen la salud de sus vecinos sobre cálculos electorales poco justificados.
  • La crisis de la COVID-19 ha demostrado que la reducción estructural del transporte y la descarbonización de la industria y los edificios son las mejores herramientas para mejorar la calidad del aire que respiramos, en las ciudades y en las zonas rurales, también en el caso del ozono. La dramática situación creada por la pandemia ha corroborado que la reducción de las emisiones de precursores sí es efectiva para combatir la contaminación por ozono.

Consulta aquí el informe completo.

 

 

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