Esta semana han comparecido dos representantes de Ekologistak Martxan en la Comisión de Medio Ambiente de las Juntas Generales de Álava para explicar el impacto que estos artefactos tienen para la fauna silvestre.
Los llamados cañones espantapájaros funcionan con gas butano o propano lo que les permite efectuar unas detonaciones sonoras similares a los disparos de escopeta y tienen como única finalidad el ahuyentar a pájaros, jabalíes, ciervos y cualquier otro animal que se localice cerca de ellos. Estas detonaciones pueden ser reguladas a la frecuencia deseada, desde un minuto hasta media hora, al igual que puede graduarse la intensidad del sonido, variando desde los 80 hasta los 120 decibelios, el área afectada puede ser de 3 a 4 hectáreas.
En algunos estudios realizados sobre el impacto de estos aparatos sobre la fauna silvestre, se ha podido observar cómo: los reclamos y la comunicación entre aves en los bosques se veían cortados cada vez que se producía una detonación; tras 48 horas de emisión sin tregua con intervalos entre 60 y 90 segundos se redujo significativamente el canto y los reclamos de las aves que habitan en los bosques en un perímetro de 5 km a la redonda. También se pudo constatar la desaparición súbita de rapaces en los lugares donde hasta la fecha se observaban diariamente.
La legislación vasca prohíbe explícitamente el dar muerte, dañar, molestar o inquietarlas de forma negligente o intencionada, o cualquier actuación no autorizada hecha con dicho propósito. Y especifica que solo se podrán autorizar basándose en las excepciones del artículo 75 de la Ley de Conservación del Patrimonio Natural de Euskadi.
Ekologistak Martxan denuncia ante la Comisión de Medio Ambiente de las JJGG que en la actualidad se están utilizando estos aparatos con la única autorización de los Ayuntamientos, algo totalmente irregular ya que, la única administración con competencias para las excepciones de la Ley es la Diputación. El Diputado de Medio Ambiente, en contestación a una pregunta del grupo Elkarrekin en el Pleno, afirmó que su departamento no había expedido ninguna excepción en Álava para el uso de estos aparatos.