Aún sin finalizar las actividades programadas por los distintos colectivos integrantes de la Red Aldaketaldia, ya se puede realizar una valoración muy positiva de la campaña desarrollada este año 2022.
La campaña realizada en torno a la fecha 6 de febrero, aniversario del derrumbe del vertedero de Zaldibar, ha tenido como objetivo sensibilizar a la ciudadanía y, sobre todo, llamar la atención de las instituciones vascas de la necesidad de actuar ya ante la grave situación de emergencia climática y social.
58 colectivos ecologistas, sindicales y sociales han participado en la campaña, organizando en pueblos y barrios de Euskal Herria, más de 40 actividades a lo largo de este mes de febrero. De Iparralde a Bilbao, y su comarca, Getxo, Erandio, Muskiz, Mungia, Galdakao o Arratia, pasando por Donosti y diversos pueblos como Orereta, Hernani, Lezo Oiartzun o Urretxu, han sido escenario de las actividades realizadas.
Se han realizado limpieza de playas y ríos (Bolintxu, Getxo); itinerarios ecológicos para conocer la realidad de los impactos que amenazan nuestro medio natural, sean estos vertederos, incineradoras o empresas contaminantes del aire, suelo y agua, como Petronor; se han impartido charlas sobre qué modelo de transición energética es necesario, así como cambios necesarios en el actual modelo social de consumo; se han realizado concentraciones para denunciar el desarrollismo salvaje e innecesario como la construcción del TAV o la interconexión eléctrica; Se ha denunciado la pérdida de autonomía municipal y falta de democracia que supone la imposición de la ley Tapia y la aprobación de PSIS (proyectos de interés superior ) .
En el centro de toda esta actividad y de una forma muy positiva, por la respuesta social que obtuvo, se valora la manifestación convocada conjuntamente por Zaldibar Argitu y Aldaketaldia 2022 y celebrada el día 6 de febrero desde Ermua al barrio de Eiztaga, donde Zaldibar Argitu realizó el emotivo homenaje a Joaquín y Alberto, los dos trabajadores muertos en el derrumbe del vertedero.
Todo ello demuestra un importante dinamismo social, un activismo local que trabaja día a día en barrios y pueblos por la mejora de las condiciones de vida, sin dejar de lado la necesidad de trabajar conjuntamente en una demanda global de cambio. Y esto es lo que más desea resaltar esta evaluación: Se necesita pensar globalmente y trabajar localmente, unirse en la lucha global desde el trabajo local y ante esto hay aún mucho trabajo por hacer.
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